El Acueducto de los Cinco Ojos
Situado sobre el barranco de los Ojos, al que da nombre, el Acueducto de los Cinco Ojos fue construido entre 1785 y 1789 por el arquitecto aspense José Gonzálvez de Coniedo como parte de las obras de canalización necesarias para llevar el agua desde la Fuente de Barrenas, en Aspe, hasta Elche.
Se trata del acueducto sobre arquerías de mayor porte de todo el trazado, con una longitud cercana a los 47 metros y una altura máxima de 17. Su monumentalidad se aprecia mejor desde el lecho del barranco, de donde arrancan los dos machones centrales, construidos a base de ladrillo macizo y afianzados sobre sillares de piedra labrada. Los elegantes arcos de medio punto, también de ladrillo, y el uso combinado con cierto criterio estético de la mampostería grisácea propia del terreno, contribuyen a realzar la armonía de sus proporciones y su perfecta integración en el espacio que lo rodea.
Muy cerca de él se encuentra el Acueducto de los Cuatro Ojos, de dimensiones y planteamiento muy similares, aunque con arcos apuntados. Ambos constituyen dos bellos ejemplos de estructuras monumentales puestas al servicio del hombre y reflejan con éxito el objetivo perseguido por los gobernantes de la Ilustración para sus obras públicas, la alianza de la solidez y la perdurabilidad con el ejercicio estilístico y de diseño de la mejor arquitectura clasicista.
Autor del texto: Felipe Mejías López