Detalle del plano del rio Tarafa a su paso por Aspe (1877)

El Acueducto de Perceval, también conocido como Acueducto del Hondo de las Fuentes, toma su nombre del alcalde que promovió su última reconstrucción en los años 40 del siglo XIX, el hacendado y juez Antonio Mira Perceval Puerto. Su levantamiento hizo posible que pudiera regarse el paraje de la Nía llevando el agua desde los manantiales del Aljau y el Charco de Claudio.

Tradicionalmente, el Acueducto de las Fuentes servía para trasvasar agua entre las acequias del Fauquí y el Aljau, cuyos tramos iniciales todaví son visibles, aunque a una cota más baja, a ambos lados del cauce. Está documentado al menos desde el siglo XVII, aunque se le supone un origen más antiguo vinculado con el aprovechamiento medieval de los numerosos nacimientos existentes en la zona.

Sin embargo, su exposición a las avenidas del río Tarafa ha hecho que a lo largo de la historia haya sufrido numerosas destrucciones. Pese a ello, dada la importancia que las dos acequias tuvieron para la economía aspense, siempre ha acabado reconstruyéndose.

Su estructura alterna con notable intención estética las cintas de sillares de piedra arenisca en las roscas de los arcos centrales con el ladrillo macizo dispuesto a sardinel y con aparejo a la flamenca de los arcos rebajados. Destacan también los tajamares curvos de las pilas y el uso en todo el conjunto de mampostería aparejada, gran parte de ella procedente de la cantera de mármol rojo del Rollo. Los encuentros entre las arcadas de ladrillo y las de piedra se refuerzan con estribos, donde los esquinales aparecen decorados con sillarejos resaltados.

Autor del texto: Felipe Mejías López